Los 50 principios de los milagros

1.- No hay grados de dificultad en los milagros.


No hay ninguno que sea más “difícil o más “grande” que otro. Todos son iguales. Todas las expresiones de amor son máximas.
Un Curso de Milagros nos recuerda en todo momento que no hay grados de dificultad en los milagros. No existe grado de dificultad ya que todos los problemas son el mismo problema. La idea de percibirnos separados de la Creación.
Todo el mundo que vemos sin excepción es producto de nuestra percepción.
Por lo tanto, si nos percibimos culpables percibimos un mundo que da testimonio de nuestra “supuesta” culpabilidad. Mientras que veremos un mundo diametralmente opuesto si nuestra percepción a cerca de nosotros es de inocencia.
El corregir la percepción a través de la máxima expresión de amor que es el perdón, nos permite percibir correctamente a todas y cada una de aquellas situaciones y personas que lejos de enjuiciar y “condenar “ les vemos como parte de una maravillosa experiencia de aprendizaje y crecimiento y así pasar de un mundo de culpabilidad a uno de inocencia. Esto propicia el verdadero milagro.

 

2.- Los Milagros - de por sí - no importan. Lo único que importa es Origen, El Cual está más allá de toda posible evaluación.


El milagro no importa ya que es una corrección, una ilusión para un mundo de ilusiones.
Lo importante, el Origen del milagro, habla de la presencia divina en nuestra mente, de la presencia de Dios a través del Espíritu Santo.

 

3.- Los milagros ocurren naturalmente como expresiones de amor.
El verdadero milagro es el amor que los inspira. En este sentido todo lo que procede del amor es un milagro.


El verdadero milagro es el amor que los inspira ósea Dios, su Nexo con la Creación , el Espíritu Santo en nuestra mente.

 

4.- Todos los milagros significan vida y Dios es el Dador de la vida. Su Voz te guiará muy concretamente, se te dirá todo lo que necesitas saber.


Cuando se habla de vida, se habla de un concepto muy diferente al que conocemos de vida aquí en la tierra, en el mundo de las formas, de tiempo y espacio, el mundo del cuerpo.
La voz del Espíritu Santo nos guiará es decir nos dirá todo lo que necesitamos saber para conducirnos de regreso al hogar, a la paz, si a través de un “mínimo de buena voluntad “aceptamos su conducción.

 

5.- Los milagros son hábitos, y deben ser involuntarios.
No deben controlarse conscientemente. Los milagros seleccionados conscientemente pueden proceder de un falso asesoramiento.


El milagro es aplicable a toda situación, imparcialmente. Es decir hemos de entregar toda situación que no nos produce paz al Espíritu Santo y pedir su intervención para propiciar un cambio de percepción que nos permita ver las cosas de otra manera, sin “reservarnos” nada creyendo que podremos manejarlo a nuestro modo.

 

6.- Los milagros son naturales. Cuando no ocurren es que algo anda mal.


El milagro ha de ser nuestro estado natural. Provenimos del amor por lo tanto el amor, la dicha, la paz, la armonía, la felicidad son nuestro estado natural. Si no vivo en dicha plena y absoluta, no estoy en mi estado natural. Algún obstáculo hemos interpuesto entre la paz y nosotros que nos está impidiendo verla.

 

7.- Todo el mundo tiene derecho a los milagros, pero antes es necesario una purificación.

 
El milagro no es selectivo aplica a todos las partes de la Filiación por igual, aplica a todos los Hijos de Dios imparcialmente. Todos estamos unidos por una misma mente.
La purificación alude a “desechar” todos aquellos pensamientos de distorsión a cerca de quienes somos.

 

8.- Los milagros curan porque, los obran aquellos que temporalmente tienen más para aquellos que temporalmente tienen menos.


Los milagros suplen una falta. Los milagros remplazan la idea de escasez en la mente que cree que le falta algo y la sustituyen por la idea de plenitud, de abundancia.
Los obra una mente que está en paz, en plenitud para aquellos que aun creen no tenerla.

 

9.- Los milagros son una especie de intercambio. Como toda expresión de amor que en el autentico sentido de la palabra es siempre milagrosa, dicho intercambio invierte las leyes físicas. Brindan más amor tanto al que da como al que recibe.


El mundo de lo físico de la forma, el mundo del ego nos ha enseñado que al dar algo dividimos su propiedad.
El milagro invierte esas leyes físicas ya que al dar, no perdemos sino que multiplicamos aquello que poseemos. Si todo es una idea, un pensamiento, al compartirlo y ser adoptado por otro, esta idea se afianza en quien la adopta y se reafirma en nosotros.

 

10.- Cuando se obran milagros en vista de hacer de ellos un espectáculo para atraer creyentes, es que no se ha comprendido su propósito.


La Filiación , todos los Hijos de Dios sin excepción, contamos con dicho poder.
Cuando se obran milagros para mostrar que se cuenta con algo con lo que no todos contamos, se confunde el milagro del que habla Un Curso de Milagros con la magia.
Cuando se quiere hacer ver que contamos con algún atributo “especial” con el que no todos cuentan y que dicho “poder” es exclusivo de “algunos” que lo utiliza para lograr cambios en otros, se está hablando de magia y no de milagros.
Dios, el Padre creó a su hijo perfecto, pleno, sin excepciones, a todos indistintamente a imagen y semejanza con el mismo poder en nuestra mente, unida a la de El a través del Espíritu Santo.
El que algunos contaran con ciertos atributos y otros carecieran de ellos, hablaría de niveles en la Creación , de mejores y peores, de más aptos y menos aptos. Esto nada tiene que ver con el Dios de Un Curso de Milagros.

 

11.- La oración es el vehículo de los milagros. Es el medio de comunicación entre el lo creado y el Creador. Por medio de la oración se recibe amor y por medio de los milagros se expresa amor.


La única oración válida es la del Perdón dice el curso.
Efectivamente, a través del perdón, de perdonarnos por todos aquellos errores que “creemos haber cometido”, por los que sentimos culpabilidad y por las que buscamos el “merecido castigo”, aceptamos la Expiación , corrigiendo una percepción equivocada a cerca de quienes somos. Se produce el verdadero milagro.

 

12.- Los milagros son pensamientos. Los pensamientos pueden representar el nivel inferior o corporal de experiencia, o el nivel superior o espiritual de experiencia. Uno de ellos da lugar a lo físico, el otro crea lo espiritual.


Los milagros son pensamientos ya que son cambios en el nivel de la mente, corrección en la percepción, en la forma de pensar. A través de pensamientos inferiores, a través de la percepción hemos fabricado el mundo físico, el mundo de la forma, de la material, el cuerpo. A través de pensamientos de nivel superior, mantenemos la conexión con nuestra mente superior, El Espíritu Santo.

 

13.- Los milagros son a la vez comienzos y finales, y así, alteran el orden temporal. Son siempre afirmaciones de renacimiento que parecen retroceder, pero que en realidad van hacia delante.


Cancelan el pasado en el presente, y así, liberan el futuro.


Al producirse en mi mente la corrección de percepción guiada por el Espíritu Santo, este que conoce solo de eternidad, trabaja en el presente, corrigiendo el pasado y proyectando el futuro.


Cuando “sanamos” una situación y la trascendemos, esa situación que estamos sanando en el ahora, cierra todas las puertas abiertas de ese orden (ejemplo: apego, desconfianza, falta de fe) que quedaron abiertas en situaciones vividas en nuestro pasado y al sanar no presentará en el futuro más “problemas”. Hemos trascendido esa asignatura pendiente a través del milagro. Nuestra mente literalmente ha renacido con respecto a ese tema sanado.

 

14.- Los milagros dan fe de la verdad. Son convincentes porque proceden de la convicción. Sin convicción degeneran en magia, que es insensata, y por lo tanto, destructiva, o más bien, el uso no creativo de la mente.


Este principio nos habla de la verdadera fe, la confianza de que el cambio de percepción se producirá en nosotros. Nos habla de la convicción de que al entregar al Espíritu Santo todo problema aparente, toda situación este lo resolverá.


El uso no creativo de la mente, la magia, aparece cuando lejos de entregar el problema al Espíritu Santo lo deseamos resolver nosotros por nuestra cuenta “a nuestro modo”.

 

15.- Todos los días deberían consagrarse a los milagros. El propósito del tiempo es que aprendas a usarlo en forma constructiva. El tiempo es, por lo tanto, un recurso de enseñanza y un medio para alcanzar un fin. El tiempo cesará cuando ya no sea útil para facilitar el aprendizaje.


Este principio habla de usar cada segundo, cada minuto, cada día de nuestra vida como una verdadera experiencia de aprendizaje y consagrarlo a los milagros haciendo de estos un hábito.

 

16.- Los milagros son recursos de enseñanza para demostrar que dar es tan bienaventurado como recibir. Aumentan la fortaleza del que da y simultáneamente le dan fortaleza al que recibe.


Como nos señala Jesús en Un Curso de Milagros, “dar y recibir son parte de una misma cosa “. Cuando doy, es a mi mismo a quien me doy considerando que todos somos parte de la Mente Uno , la Mente del Hijo de Dios.


Son recursos de enseñanza y dejarán de existir cuando ya no sean necesarios.

 

17.- Los milagros trascienden el cuerpo. Son cambios súbitos al dominio de lo invisible, más allá del nivel corporal. Por eso es por lo que curan.


Los milagros, trascienden el cuerpo ya que se producen en un nivel que está más allá del cuerpo, se producen en nivel de la mente.


Curan realmente ya que trabajan sobre la causa del “problema“, no sobre el efecto.


Al corregir la percepción a cerca de quienes somos a nivel de la mente, el cuerpo, una herramienta que en esencia es “neutra” se pone al servicio del Espíritu Santo y da testimonio de la corrección de pensamiento a través de su salud.

 

18.- El milagro es un servicio. Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro. Es una manea de amar al prójimo como a ti mismo, en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él.


Al corregir la percepción sobre nosotros, corregimos la percepción sobre los demás, reconociendo nuestro valor y el de cada parte de la Filiación.


Dice Un Curso de Milagros: “no puedes reconocer a tu Creador si pierdes de vista a la Creación ”. Por lo tanto la mejor forma de llegar a Dios es a través de su Creación, reconociendo en cada persona a una parte inseparable de la Filiación , la Creación maravillosa del Padre.


El mejor tributo, la mejor ofrenda que podemos hacer a quien nos otorgó el regalo de la vida eterna es tener una percepción correcta, acertada de su Creación, bendecirla y dar testimonio de su unicidad.


Por esta razón, el máximo regalo que puedo hacer a mis semejantes al reconocerles como quienes realmente son. Parte de un todo al que pertenecemos.

 

19.- Los milagros hacen que las mentes sean una en Dios. Se basan en la cooperación porque la Filiación es la suma de todo lo que Dios creó. Los milagros reflejan, por lo tanto, las leyes de le eternidad, no las del tiempo.


El milagro nos recuerda que somos uno en Dios. Nos recuerda la unicidad con el Creador.
El milagro refleja la ley de la eternidad, no es la eternidad, pues el milagro opera en el mundo del tiempo no de lo eterno.


El milagro es necesario aquí en el tiempo y el espacio. En el cielo no se necesita.

 

20.- Los milagros despiertan nuevamente la consciencia de que el espíritu, no el cuerpo, es el altar de la verdad. Este reconocimiento es lo que confiere al milagro su poder.


Este principio nos recuerda el verdadero poder que se encuentra en la mente, en el espíritu no en el cuerpo, en el plano de lo físico. El cuerpo solo obedece a la mente que le envía a buscar testimonio del guía que esta ha decidido escuchar.

 

21.- Los milagros son expresiones naturales de perdón. Por medio del milagro aceptas el perdón de Dios al extendérselo a otros.


Dios no perdona. Lo que se acepta es el Amor de Dios al verlo en cada hermano y reforzarlo en nosotros a través del Espíritu Santo.


Los milagros son expresiones naturales del perdón que es la manifestación más elevada del amor en este mundo. A través del amor, del perdón, cambiamos la percepción a cerca de nosotros corrigiendo el único error que jamás cometimos, el de estar separados de nuestra Fuente.


Al corregir la percepción a través del perdón, el milagro se produce corrigiendo nuestra visión hacia todo y hacia todos.

 

22.- Los milagros se asocian con el miedo debido únicamente a la creencia de que la oscuridad tiene la capacidad de ocultar. Crees que lo que no puedes ver con los ojos del cuerpo no existe. Esta creencia te lleva a negar la visión espiritual.


Creemos que el no ver la imagen pecaminosa que consciente o inconscientemente hemos forjado de nosotros, ocultará la misma. Lo cierto es que al proyectarla en otros como ya lo explicamos, la atacamos perpetuándola y reforzándola de esta manera en nosotros. Por lo tanto la oscuridad o falta de visión correcta nada puede ocultar.


El no ver un problema con los ojos del cuerpo, al llevarlo al exterior y proyectarlo en otros no logra como vimos que el problema desaparezca. Por otra parte si decido ver con los ojos del cuerpo y darle realidad a lo que estos muestran, estaremos restando todo el valor y veracidad que la visión espiritual nos ofrece.

 

23.- Los milagros reorganizan la percepción y colocan todos los niveles en su debida perspectiva. Esto cura ya que toda enfermedad es el resultado de una confusión de niveles.


Los milagros corrigen la percepción a cerca de nosotros, de quienes somos de nuestro linaje, de nuestra herencia, corrigiendo a su vez la percepción que tenemos sobre todo lo demás. Al corregir revalorizamos todo basados en una visión diametralmente opuesta a la distorsión que traíamos.


La curación se produce como efecto de ver todo bajo un nuevo lente. Ponemos en orden la relación mente-cuerpo jerarquizando nuevamente la importancia de la mente sobre el cuerpo.

 

24.- Los milagros capacitan para curar a los enfermos y resucitar a los muertos porque tanto la enfermedad como la muerte son invenciones tuyas, y, por lo tanto, las puedes abolir. Tu mismo eres un milagro, capaz de crear a semejanza de tu Creador. Todo lo demás no es más que tu propia pesadilla y no existe. Solo las creaciones de luz son reales.


Como resultado de corregir la percepción a cerca de quienes somos, pasamos de un estado de culpabilidad a uno de inocencia a través de la aplicación del perdón a todo aquello que lejos de juzgar decidimos perdonar. Esto como efecto permite una nueva visión sobre todos los temas entre ellos la enfermedad y la muerte.


Ambos conceptos al corregir nuestra percepción desaparecen otorgándoles el verdadero rango de ilusiones.

 

25.- Los milagros son parte de una cadena eslabonada de perdón que, una vez completada, es la Expiación. La Expiación opera todo el tiempo y en todas las dimensiones del tiempo.


La Expiación como el Curso de Milagros lo señala, la única responsabilidad que debemos aceptar para nosotros mismos, constituye el des-hacer el error de percibirnos separados. Su herramienta básica para des-hacer dicho error es el perdón.


A través del perdón corregimos la percepción de estar separados del Padre lo que acarrea la gran culpabilidad que sentimos, pasando a un estado natural de inocencia del cual nunca realmente nos hemos apartado.


Al perdonar nuestro único error en el ahora, este perdón “cierra” puertas abiertas en ese mismo nivel en que perdonamos de sucesos acontecidos en el pasado y nos proyecta a un futuro donde estos temas ya solucionados y perdonados no vuelven a parecer como asignaturas pendientes en este curso de la vida.


De esta manera el milagro “colapsa” el tiempo operando en todas sus dimensiones.

 

26.- Los milagros representan tu liberación del miedo.
“Expiar” significa “des-hacer”. Deshacer el miedo es un aspecto esencial del poder expiatorio de los milagros.


El milagro es una corrección, corrección de percepción que nos acerca al amor.
Des-hace el miedo, lo expía que es lo mismo y nos acerca al amor.


Des-hacer también puede interpretarse como “no –hacer” es decir una vez que entregamos una situación que no estamos percibiendo correctamente al Espíritu Santo, si le dejamos actuar sin intromisiones, El con todo el poder de Dios, des-hace el error de manera magistral.

 

27.- Un milagro es una bendición universal de Dios a todos mis hermanos por mediación mía. Perdonar es el privilegio de los perdonados.


Jesús nuestro modelo a seguir como el primero de todos nosotros que completó el proceso de Expiación, es la mente Crística, la manifestación del Espíritu Santo, el Nexo, el Intermediario entre Dios y cada uno de nosotros, es quien verdaderamente propicia el milagro no nosotros.


Nuestro papel es simplemente despejar el camino de obstáculos para que El lleve a cabo su ejecución y esto lo hacemos a través de perdonar todos aquellos eventos y personas que convocamos a nuestra experiencia. De esta forma quitamos cualquier obstáculo para el trabajo de Jesús.

 

28.- Los milagros son una manera de ganar liberación del miedo.
La revelación produce un estado en el que el miedo ya ha sido abolido. Los milagros son, por lo tanto un medio y la revelación un fin.


Revelación y milagro son experiencias diferentes. Durante la revelación no existe el miedo en absoluto, la manifestación de Dios en nosotros es total. Es una experiencia de plenitud absoluta, una experiencia que nos es duradera, por el contrario es pasajera ya que de no ser, no estaríamos más en este plano.


Por el contrario el milagro es una experiencia propia de “esta etapa” del sueño. El milagro es una experiencia propia de este estado de consciencia donde aun debemos trabajar la distorsión, trabajar para trascender el miedo.

 

29.- Los milagros alaban a Dios a través de ti. Lo alaban al honrar a Sus creaciones, afirmando así la perfección de las mismas. Curan porque niegan la identificación con el cuerpo y afirman la identificación con el espíritu.


El milagro es la corrección de la percepción acerca de quienes somos y se logra al ver únicamente al Espíritu Santo en cada hermano, al ver perfección en cada uno de nosotros y no debilidad ni vulnerabilidad de esta manera lo reforzamos tanto en él como en nosotros. Así se produce el milagro, la corrección de percepción en ambos y nos vemos como lo que verdaderamente somos un espíritu teniendo una experiencia en el plano corporal y no un cuerpo en una experiencia espiritual.

 

30.- Dado que los milagros reconocen al espíritu, ajustan los niveles de percepción y los muestran en su debido lugar. Esto sitúa al espíritu en el centro, desde donde puede comunicarse directamente.


El milagro nos muestra el preciso nivel donde se encuentra “el problema”, la mente y no el cuerpo.


Nos muestra que el problema verdaderamente más allá de la forma que adopte está en nuestra sensación de culpabilidad que nos aleja del amor. Allí en el amor está nuestra esencia donde el espíritu ocupa el papel central.

 

31.- Los milagros deben inspirar gratitud, no reverencia. Debes dar gracias a Dios por lo que realmente eres. Los Hijos de Dios son santos y los milagros honran su santidad que ellos pueden ocultar más nunca perder.


Debemos sentirnos agradecidos por el milagro ya que nos permite realizar la corrección de percepción en nuestra mente y traer a nosotros nuestro estado natural de paz, dicha, abundancia. Por otra parte, la única reverencia que Un Curso de Milagros sostiene que se debe tener es con la Fuente que obra el milagro, con Dios considerando que todo el resto de los integrantes de la Filiación gozamos de una misma identidad, sin distinción, sin niveles, sin ídolos.

 

32.- Yo inspiro todo los milagros, que en realidad son intersecciones. Interceden a favor de tu santidad y santifican tus percepciones. Al ubicarte más allá de las leyes físicas le elevan a la esfera del orden celestial. En este orden tú eres perfecto.


Jesús es la fuente de todos los milagros. Al optar por el milagro que es escuchar la voz de Dios, de Jesús, del Espíritu Santo en lugar de la del Ego estamos propiciando su intervención. Al invocar su intervención pasamos del plano terrenal a actuar en el plano celestial donde se recuerda nuestra perfección y se corrige la percepción sobre cualquier error que suponemos haber cometido.


Esta intervención es la convocatoria a nuestro “interprete” quien juega su papel utilizando todo lo de este mundo y lo re-interpreta, lo re-codifica en nombre de Dios y de su reino a favor de la paz.

 

33.- Los milagros te honran porque eres digno de ser amado.


Desvanecen las ilusiones que albergas a cerca de ti mismo y perciben luz en ti. De esta forma, al liberarte de tus pensadillas, expían tus errores. Al liberar a tu mente de la prisión de tus ilusiones te restauran la cordura.


Nuevamente como ya mencionamos el milagro corrige la percepción a cerca de quienes somos. De esta manera se corrigen todos los errores que creemos haber cometido y desaparecen las ilusiones que son los efectos de dichos errores.

 

34.- Los milagros le devuelven a la mente su plenitud. Al expiar su sensación de carencia establecen perfecta protección. La fortaleza del espíritu no da cabida a intromisiones.


Al corregir la percepción en vuestra mente, re-aparece algo que siempre ha estado allí, que es parte de nuestro estado natural del Ser, la plenitud, la sensación de abundancia.
Solo habíamos colocado una cortina frente a nuestra sensación de plenitud pero jamás desapareció.

 

35.- Los milagros son expresiones de amor pero puede que no siempre tengan efectos observables.


Los milagros siempre ocurren aunque en el plano material no siempre veamos sus efectos. Esto nos hace pensar si nos guiamos por los ojos del cuerpo que nada está pasando. No obstante, el milagro está ocurriendo en el verdadero plano donde debe ocurrir en la mente. La corrección se da en la mente no el plano físico donde corregir algo es dar realidad a aquello que no es real.

 

36.- Los milagros son ejemplos de recto pensar que armonizan tus percepciones con la verdad tal como Dios la creó.


Recto pensar, o mentalidad recta alude a pensar a través del Espíritu Santo nuestro Maestro Interno, la conexión con Dios. La Verdad tal como Dios la creó es que todos somos uno.

 

37.- Un milagro es una corrección que yo introduzco en el pensamiento falso. Actúa como catalizador, disolviendo la percepción errónea y reorganizándola debidamente. Esto te coloca bajo el principio de la Expiación , donde la percepción sana. Hasta que esto no ocurra no podrás conocer el Orden Divino.


Nuevamente este principio nos habla de la intervención de Cristo, del Espíritu Santo en la corrección de la percepción acerca de quienes somos. Al des-hacer los errores que creemos haber cometido estamos expiándoles caminando hacia una percepción correcta.

 

38.- El Espíritu Santo es el mecanismo de los milagros. El reconoce las creaciones de Dios así como tus ilusiones. Separa lo verdadero de lo falso mediante Su capacidad para percibir totalmente en lugar de selectivamente.


El Espíritu Santo si se lo permitimos sin interponer obstáculos, re-interpreta absolutamente todo lo que hemos hecho en este mundo y todas nuestras relaciones y las evalúa en nombre de la Verdad de Dios, mostrándonos amorosamente que es verdad y que es ilusión.


El Espíritu Santo trabaja en este mundo de pasado, presente y futuro desde la Eternidad. Al guiarnos evalúa cada situación, cada relación, cada cosa sabiendo con exactitud cual de todas las opciones que se nos presentan, es la que más aporta en el camino a la paz.


Siempre nos muestra la mejor opción con la finalidad de permitirnos corregir el pasado, vivir la plenitud en el presente y proyectar el futuro con una percepción correcta acerca de quienes somos. Nos guía hacia la mejor opción tanto para nosotros como para todos aquellos involucrados en nuestra experiencia, por ello percibe totalmente. Es el guía perfecto.

 

39.- El milagro elimina el error porque el Espíritu Santo lo identifica como falso o irreal. Esto es lo mismo que decir que al percibirse la luz la oscuridad desaparece automáticamente.


Expiar, corregir, eliminar, des-hacer son todos sinónimos de lo que hace el Espíritu Santo. No hay diferentes errores, todos son parte del único error que nunca cometimos pero que creemos que es real, el error de percibirnos separados de Dios.

 

40.- El milagro reconoce que todo el mundo es tu hermano así como mi hermano también. Es una manera de percibir la marca universal de Dios.


El milagro nos recuerda que todos somos uno. Cada uno de nosotros unidos como parte de la Filiación a través de una misma mente y Cristo unido a nosotros como uno más en esa mente.


El milagro corrige la percepción de la separación. Nos recuerda la unicidad. Nos habla de comunión de mente, de pensamiento. Esa es la marca universal de Dios.

 

41.- El contenido perceptual de los milagros es la integridad. De ahí que puedan corregir o redimir la errada percepción de carencia.


El milagro al corregir la percepción de separación, nos recuerda que somos parte de un todo integro, de una unidad que jamás se dividió a pesar de que los ojos del cuerpo muestren otra cosa. Al percibirnos separados de Dios, la idea de carencia se adentra en la mente ya que la carencia es la idea que engendró al ego. Separados de Dios nos sentimos carentes, lejos de casa, lejos del amor, nos percibimos en el miedo.


Lejos del hogar todo nos indica que las cosas dependen solo de nosotros.


Todo nos habla de que nos falta algo. Esta idea de carencia el mundo la trata de suplir en el plano material pero realmente se encuentra en el plano de la mente. Allí trabaja el milagro corrigiendo donde verdaderamente está el problema llevándonos amorosamente al estado de plenitud.

 

42.- Uno de los mayores beneficios que se deriva de los milagros es su poder para liberarte de tu falso sentido de aislamiento, privación y carencia.


La idea de separación, nos hace percibirnos divididos, aislados, carentes.


Esta carencia la proyectamos en los demás y creemos que son los responsables de todo lo que nos acontece, de todo lo que carecemos, de todo lo que nos falta.


El milagro nos permite percibir correctamente y ver que somos los únicos responsables a través de nuestros pensamientos de todo lo que nos acontece y que nadie nos priva de nada.

 

43.- Los milagros surgen de un estado mental milagroso, o de un estado de estar listo para ellos.


Esta listo para el milagro es haber entregado al Espíritu Santo nuestras situaciones sin excepción, con confianza, sin guardarnos nada para resolver nosotros por nuestra cuenta y entregarle todo con la total convicción de que el poder de Dios que todo lo puede está detrás de ello para corregir absolutamente todo.


Este estado de confianza plena, sinónimo de amor y que el mundo ve como aparente “despreocupación” es el ámbito donde se produce el milagro.

 

44.- Los milagros son expresiones de una conciencia interna de Cristo y de haber aceptado Su Expiación .


Conciencia de Cristo, nos habla de un Cristo que somos todos.


Generalmente asociamos a Cristo con Jesús. Jesús el hombre era parte del Cristo, de la Mente del Hijo de Dios que formamos todos quienes integramos la Filiación.


El Cristo en nosotros es esa parte de la Mente Divina que nos une, que permanece intacta en nosotros, donde el Cristo, el Espíritu Santo lleva a cabo su misión de conducirnos de regreso a casa. El es quien conduce el milagro.

 

45.- Un milagro nunca se pierde. Puede afectar a mucha gente que ni siquiera conoces y producir cambios inimaginables en situaciones de las que ni siquiera eres consciente.


El milagro tiene un alcance insospechado. Al producirse en la mente al no “verlo” con los ojos del cuerpo no percibimos en absoluto su alcance. Al producirse en el plano de la mente y al ser el Hijo de Dios de una misma mente estamos llegando a rincones infinitos. Cada vez que realizamos un cambio en nuestra percepción de alguna manera estamos moviendo la percepción universal.

 

46.- El Espíritu Santo es el medio de comunicación más elevado. Los milagros no entrañan ese tipo de comunicación debido a que son medios temporales de comunicación. Cuando retornes a la forma original de comunicación con Dios, por revelación directa, los milagros dejarán de ser necesarios.


El trabajo del Espíritu Santo como “mediador” entre Dios y su hijo cesará cuando hayamos culminado el proceso de Expiación. Allí retomaremos la comunicación directa con Dios sin intervención del Espíritu Santo como nexo.


El milagro nos ayuda a corregir la percepción en el camino hacia Dios, ese es su alcance, su propósito. El milagro solo tiene sentido en este mundo donde la idea de separación aun existe.

 

47.- El milagro es un recurso de aprendizaje que reduce la necesidad de tiempo. Establece un intervalo temporal fuera de lo normal que no está sujeto a las leyes usuales del tiempo. En ese sentido es intemporal.


El milagro la corrección de la percepción nos permite “ahorrar” una cantidad insospechada de tiempo a través de su manifestación.


Al perdonar toda y cada situación vivida, deshacemos la culpa una culpa pesada que al cargarla a través del tiempo, demora, hace lento nuestro tránsito de regreso al hogar.


El perdón, el des-hacimiento del error de separación, colapsa el tiempo, lo acelera y desacelera e introduce en el tiempo intervalos que la mente racional, lógica no alcanza a comprender. Este es el efecto que el Espíritu Santo logra en tiempo a través del milagro.

 

48.- El milagro es el único recurso que tienes a tu inmediata disposición para controlar el tiempo. Solo la revelación lo trasciende al no tener absolutamente nada que ver con el tiempo.


La revelación nos conecta directamente con Dios a diferencia del milagro que se da a través del Espíritu Santo como intermediario.


La experiencia de la revelación es una experiencia en la que sentimos la presencia de Dios directamente, es breve, efímera y es un acto recordatorio donde por un instante todo se paraliza, todo se transforma, todo brilla, todo reluce. La experiencia de la revelación es contundente, hace desaparecer el tiempo.


El milagro es un acto de corrección, de rectificación de percepción, este es el verdadero objetivo del Curso de Milagros, no la revelación.

 

49.- El milagro no distingue entre diferentes grados de percepción errónea. Es un recurso para sanar la percepción que es eficaz independientemente del grado o dirección del error.


En eso radica su verdadera imparcialidad.


El milagro corrige todo error sin poner énfasis o detenerse en grados, niveles o tipos.
Un error de percepción es un error sin importar del tipo o clase que sea. El único que ve niveles y grados es el ego. El milagro corrige toda ilusión por igual sin distinguir grado alguno. Detenerse a evaluar grados en los errores, la dinámica del ego, hace que caigamos en la trampa de pensar que en el mundo hay algunas cosas que son mejores que otras, algunos errores peores que otros y algunos que merecen perdón y otros, castigo. Esto es dar realidad al error cosa que el milagro no hace.


El milagro des-hace toda ilusión por igual al acercar luz a la oscuridad, sin dar realidad a nada que no lo tenga. Evalúa todo a través del Espíritu Santo bajo la óptica de lo que es verdad según el plan de Dios y de su reino.


Nada que no sea verdad es conservado en el milagro. Toda ilusión es des-hecha imparcialmente.

 

50.- El milagro compara lo que tu has hecho con la Creación, aceptando como cierto lo que concuerda con ella y rechazando como falso lo que no.


Nada que no sea verdad es conservado en el milagro como mencionamos en el principio anterior. Todo lo que hacemos para unirnos a nuestros hermanos tiene que ver con la creación. Todo lo que hacemos para separarnos aun más, tiene que ver con el mundo de la ilusión. El milagro solo conserva aquello que tiene que ver con nuestra esencia, con la verdad. La maestría del Espíritu Santo si se lo permitimos sin interponer obstáculos con “cosas” que queramos conservar “para nosotros”, evalúa y conserva aquello que sirve en nuestra vida a Dios y su plan, lo otro lo ilumina y muestra que nunca existió.